Decenas de migrantes que llegaron a San Diego se ven obligados a protegerse como pueden del intenso frío que se ha sentido en la zona durante el fin de semana.
Entre los muros, relatan la difícil madrugada que pasaron y cómo se resguardan con lonas viejas y chamarras para protegerse del frío extremo.
Los voluntarios distribuyen abrigos, cobijas y sudaderas mientras los migrantes se preparan desesperadamente para las siguientes horas.
Se necesitan con urgencia lonas gruesas y casas de campaña para resistir las bajas temperaturas mientras esperan cruzar, con la lona siendo su único refugio contra el viento húmedo que llega desde el mar por las noches.




