En el vibrante mundo empresarial de Panamá, Juan Carlos Tapia, ex periodista deportivo y actual director de Construcciones Industriales Tapia, ha establecido un precedente inspirador en la gestión de recursos humanos. Reconocido por su enfoque único y humanitario, Tapia recompensa a sus empleados con automóviles nuevos y días de descanso, creando un ambiente laboral donde la gratitud y el reconocimiento son pilares fundamentales.
En un acto de generosidad que ha capturado la atención de muchos, Tapia obsequia autos «de paquete» a aquellos colaboradores que alcanzan la marca de diez años en su empresa. Durante una reciente entrevista, el empresario detalló que, además de los vehículos, también ofrece días adicionales de descanso como muestra de agradecimiento por la dedicación y lealtad de sus trabajadores.
«Me siento profundamente conectado con cada uno de mis empleados; son más que trabajadores, son familia. Entiendo lo que significa venir de una provincia y esforzarse día tras día. Por eso, regalar un auto es mi manera de retribuirles su compromiso de tantos años», expresó Tapia con emotividad.
La elección de los vehículos varía según el puesto del empleado: los trabajadores reciben un Kia Picanto, mientras que el personal ejecutivo es recompensado con un Kia Sorento. Esta estrategia no sólo motiva a los empleados, sino que también refuerza la cohesión y el sentido de pertenencia dentro de la empresa.
Tapia ha sabido aprovechar las redes sociales para documentar y compartir estos momentos de entrega, subrayando su aprecio hacia su equipo. Uno de los casos más destacados es el de Jorge Cáceres, un veterano de la empresa que ha recibido cinco autos a lo largo de su carrera, testimonio vivo de la longevidad y lealtad incentivadas por Tapia.
Además de los obsequios materiales, Tapia demuestra un compromiso genuino con el bienestar de sus empleados, implementando políticas como horarios flexibles y salidas anticipadas los viernes. Estas iniciativas permiten a su equipo disfrutar de más tiempo libre con sus seres queridos, promoviendo un equilibrio saludable entre el trabajo y la vida personal.
Convencido de que su modelo de gestión puede servir de ejemplo para otras empresas, Tapia subraya la importancia de valorar y premiar el esfuerzo de los empleados. «Esto no es proselitismo, es un ejemplo de cómo valoro a mi gente y me enorgullece lo que hemos logrado juntos en más de 40 años», concluye con satisfacción.
Con su enfoque humanitario y generoso, Juan Carlos Tapia no sólo ha ganado el respeto y la lealtad de su equipo, sino que también ha cimentado una cultura empresarial donde la gratitud y el reconocimiento son fundamentales. Su historia sirve como inspiración para líderes empresariales en todo el mundo, demostrando que el éxito y la humanidad pueden y deben ir de la mano.
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