Se han finalizado dos acuerdos clave necesarios para iniciar la construcción del tan esperado puerto de entrada de Otay Mesa East en el lado estadounidense. Los gerentes de proyecto esperan iniciar las obras este otoño.
Los nuevos acuerdos firmados con el gobierno federal de EE. UU. y México dan paso al futuro puerto de entrada, que se ubicará a pocos kilómetros al este del actual cruce fronterizo de Otay Mesa. El proyecto, con un presupuesto total de 1,300 millones de dólares, busca reducir los tiempos de espera en la frontera entre San Diego y Tijuana.
“Seguimos trabajando estrechamente con todas las entidades para que podamos culminar este proyecto”, declaró Nikki Tiongco, directora de Corredores Comerciales del Sur del Condado de Caltrans, patrocinador del proyecto junto con la Asociación de Gobiernos de San Diego (SANDAG). “Este es un proyecto crucial para nuestra región, y estamos muy emocionados de finalmente iniciar las obras de la sección vertical de estas instalaciones”.
La semana pasada, la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de EE.UU. (CBP) y la Administración de Servicios Generales (GSA) anunciaron la formalización de un Acuerdo de Aceptación de Donaciones con SANDAG y Caltrans.
El acuerdo establece que SANDAG y Caltrans son responsables de la construcción del puerto de entrada, que posteriormente será donado al gobierno federal, explicó María Rodríguez Molina, gerente de proyecto de SANDAG. Añadió que ambas agencias también contribuirán a los costos de operación y mantenimiento durante los próximos 40 años.
“Este proyecto representa una inversión largamente esperada en nuestra comunidad fronteriza que fortalecerá la seguridad, mejorará la eficiencia y apoyará el sustento económico de la región de San Diego”, declaró Sidney Aki, director de operaciones de campo de CBP en San Diego.
En una reunión de la junta directiva celebrada en enero, los funcionarios de SANDAG describieron el plan financiero para la siguiente etapa del proyecto, que está financiado en parte por 150 millones de dólares de la subvención de Infraestructura para la Reconstrucción de Estados Unidos (INFRA), 192 millones de dólares del Programa de Mejora de Corredores Comerciales de California y 15 millones de dólares de fondos locales. SANDAG financiará los 271 millones de dólares restantes mediante bonos.
Además, funcionarios de ambos lados de la frontera confirmaron que la Secretaría de Infraestructura, Comunicaciones y Transportes de México aceptó los términos establecidos en un acuerdo previamente anunciado por SANDAG. El viernes, México firmó una adenda al acuerdo, que incluyó cambios relacionados con el cobro de peajes en el lado mexicano.
México ya ha invertido 356 millones de dólares en construcción y otras infraestructuras al sur de la frontera como parte del proyecto, según informó Alicia Kerber, cónsul general de México en San Diego. La construcción está a punto de finalizar en el lado de Tijuana.
“San Diego y Tijuana son un ejemplo completo y tangible de integración binacional en términos de intercambios económicos, sociales y culturales”, afirmó Kerber.
El proyecto del lado estadounidense, que lleva más de 20 años gestándose, ha incluido la construcción y finalización de la Ruta Estatal 11.
Rodríguez Molina indicó que aún no hay fecha para el inicio de las obras de la garita de entrada, ya que la agencia aún está trabajando en el contrato de construcción. Una vez lista, se presentará a la junta para que autorice el inicio de la construcción.
Sin embargo, aún pasará algún tiempo antes de que los pasajeros fronterizos puedan utilizar el nuevo cruce fronterizo.
Ya está muy retrasado. La fecha de apertura del proyecto se había proyectado previamente para finales de 2024.
Pero si todo marcha según lo previsto, la primera fase del proyecto podría estar operativa a finales de 2027. Esta fase incluye la apertura del cruce en dirección norte a vehículos comerciales y de pasajeros.
A diferencia de otros puertos de entrada, el cruce fronterizo de Otay Mesa East cobrará un peaje con tarifa dinámica para esperas de 20 a 30 minutos o menos. Los ingresos del peaje, que se recaudarán electrónicamente en el lado mexicano, se dividirán equitativamente entre ambos países. Se espera que el proyecto genere 3.700 millones de dólares para cada país durante los próximos 40 años.
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