Republicanos de la Cámara de Representantes se alinean, allanando el camino para la aprobación final del proyecto de ley

Un grupo de republicanos de la Cámara de Representantes que se resistieron se unieron al presidente Donald Trump y aceptaron permitir que su agenda se discutiera en el pleno, revirtiendo el rumbo después de días de amenazar con bloquear el proyecto de ley y ponerlo en camino para su aprobación final.

Eso incluye a algunos miembros de línea dura de la Cámara de Representantes que se han quejado de que el paquete añadiría US$ 3,3 billones al déficit durante la próxima década, así como a miembros de tendencia moderada que tienen preocupaciones sobre los recortes de Medicaid.

La Cámara superó un obstáculo procesal clave y votó a favor del proyecto de ley en la madrugada de este jueves, después de que los líderes republicanos mantuvieran abierta la votación sobre la norma que rige el debate del proyecto de ley durante un período prolongado, mientras buscaban revertir los votos negativos y convencer a los principales indecisos. El resultado fue de 219 a 213, con un solo voto negativo republicano: el del representante Brian Fitzpatrick.

Los líderes republicanos creen que ahora contarán con los votos necesarios para aprobar el gigantesco paquete de recortes de impuestos y gastos de Trump cuando se someta a votación en pleno, pero aún no es seguro. Se espera la aprobación final más tarde este jueves por la mañana, tras el debate, aunque la fecha aún no está clara.

Durante semanas, Trump y su equipo han prometido a los líderes republicanos del Congreso que cumpliría con su agenda con los testarudos partidarios de la línea dura del Partido Republicano que todavía prometen desafiar al presidente, según tres personas familiarizadas con las discusiones.

Ahora, todo se reduce a un último momento. Trump y su equipo han pasado gran parte del día negociando con los republicanos que se resisten al proyecto de ley, incluyendo la convocatoria de grupos republicanos a reuniones en la Casa Blanca para expresar sus quejas sobre la versión del paquete aprobada por el Senado. Y Johnson se enfrenta de nuevo a una prueba de poder en la Cámara de Representantes, estrechamente dividida, mientras busca persuadir a su dividida conferencia para que acepte una votación que a muchos les desagrada.

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