El secretario de la Defensa Nacional (Sedena), Ricardo Trevilla Trejo, aclaró que no hubo violaciones al espacio aéreo mexicano.
La tensión entre México y Estados Unidos por temas de seguridad ha escalado en las últimas semanas, luego de que se revelara que la Fuerza Aérea de EE.UU. ha intensificado sus misiones de vigilancia sobre los cárteles mexicanos en la frontera.
Según información obtenida, el gobierno de EE.UU. realizó 18 vuelos de inteligencia en dos semanas, una cifra histórica si se compara con el promedio de un vuelo mensual que se mantenía anteriormente.
Las aeronaves utilizadas para estas misiones incluyen Boeing KC-135T Stratotanker, Boeing KC-135R Stratotanker y Boeing KC-46A Pegasus, equipos con capacidad para capturar imágenes y señales de comunicación.
El gobierno mexicano, por su parte, ha mostrado su preocupación ante el posible espionaje, considerando que estas misiones pueden ser utilizadas para presionar en temas de cooperación en seguridad.
El titular de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), el general Ricardo Trevilla Trejo, reconoció públicamente el aumento de vuelos de espionaje por parte de Estados Unidos y señaló que no se descarta que hayan tenido un propósito más allá del monitoreo habitual.
“No podemos descartar el espionaje porque no sabemos qué hicieron”, afirmó el secretario en conferencia de prensa, destacando que los vuelos se han realizado en espacio aéreo internacional y cumpliendo con la normativa internacional de aviación.
Asimismo, Trevilla Trejo subrayó que México no ha autorizado vuelos militares estadounidenses en su territorio, dejando claro que cualquier incursión de este tipo debe ser notificada y aprobada por la Sedena.
Ante el incremento de la actividad de vigilancia estadounidense, el gobierno mexicano ha reiterado su compromiso con la cooperación binacional en materia de seguridad, pero bajo principios de respeto mutuo y soberanía nacional.
El general Trevilla Trejo enfatizó que México mantiene comunicación con el Comando Norte de EE.UU., con el fin de coordinar acciones de inteligencia que beneficien a ambas naciones, sin que esto signifique aceptar operaciones de espionaje extranjeras en territorio nacional.
“Existen convenios de intercambio de información con EE.UU., pero estos deben respetar la soberanía de ambas naciones”, señaló el secretario de la Defensa Nacional.
El incremento en la vigilancia aérea de EE.UU. sobre los cárteles mexicanos representa un punto de inflexión en la cooperación de seguridad bilateral.
Mientras México busca proteger su soberanía, EE.UU. sigue reforzando sus esfuerzos para combatir el narcotráfico desde el aire. La clave estará en encontrar un equilibrio que permita la colaboración sin vulnerar la autonomía nacional.
Por ahora, el gobierno mexicano sigue monitoreando la situación y evaluando las posibles repercusiones de estas acciones en la estabilidad regional.
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