Es tema inevitable de conversación, política y ciudadana, en reuniones del capitolio estatal o, simplemente, de amigos. La cuestión de la vivienda es central en California: en resumen, hay poca y es cara, muy cara. Además, en un Estado donde las catástrofes naturales están a la orden del día, de terremotos a incendios y corrimientos de tierra, que generan picos de falta de casas; de hecho, la precaria situación de las miles de personas sin hogar es uno de los principales problemas de la región. La cuestión es crucial para el gobierno y por eso su principal responsable, Gavin Newsom, ha movido fichas. El lunes por la noche el Estado pasó una ley que hará algo más fácil poder tener un hogar digno.
Uno de los principales problemas con la vivienda en California son las múltiples regulaciones a las que se enfrenta. Cada vez que una casa sale al mercado, tiene que cumplir una cantidad de requisitos tan grande, una serie de comprobaciones tan exhaustivas, que cuando llega el resultado final, es inasumiblemente caro. Por eso, los legisladores demócratas llevan décadas tratando de recortar algunas de esas regulaciones. En concreto, la farragosa California Environmental Quality Act, o CEQA, es decir, la Ley de Calidad de Medio Ambiente, larga y compleja de cumplir punto por punto. El lunes, con inusual apoyo bipartisano en estos tiempos de política ultrapolarizada, la Ley de la Asamblea 130 fue aprobada, y con ello la CEQA fue acotada.
A partir de ahora, la mayor parte de las casas que se construyan en el ámbito urbano estarán exentas de cumplir con las complicadas regulaciones de la CEQA. Eso hará que solo los promotores de edificios de gran altura (los que midan más de 25 metros, es decir, los que tengan a partir de cinco o seis plantas) tengan que cumplir con ella, lo que abaratará la construcción de casas. Por su parte, la Ley número 131 también hace que la CEQA no afecte a viviendas recalificadas, o que queden mucho más exentas, y permite que los edificios que no sean residenciales, como hospitales o fábricas, tampoco tendrán que estar sujetos a ella.
Newsom calificó estos proyectos de ley como “la reforma de la vivienda más importante de la historia moderna del Estado de California”. A menos de un año y medio de acabar su segundo mandato —las primarias serán el próximo junio; la elección, en noviembre de 2026, y sin posibilidad de reelección para Newsom—, el gobernador busca aprobar una ley que le deje en la posteridad en un ámbito especialmente complejo y en el que, hasta ahora, solo había aprobado pequeños pasos.
Además, en las quinielas tempranas, Newsom aparece como uno de los candidatos más presidenciables por parte de los demócratas para las elecciones de 2028, por lo que le es importante acabar la legislatura en buenos términos, y más en una cuestión así. En 2017 intentó aprobar la construcción de millones de viviendas, pero no lo logró. Hace poco, ya hubo un proyecto de ley que trataba de agilizar la creación de vivienda nueva, pero se estancó en el Senado californiano, y Newsom peleó para que saliera adelante.
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